La Biblia dice en Juan 16:33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” El Señor les dijo estas palabras a sus discípulos sabiendo lo que les depararía el futuro, ¿pero, por qué les dijo que debían confiar en él? ¿Qué era el mundo para ellos? Para los de ese tiempo el mundo era lo que le rodeaba, el sistema religioso, las cosas comunes, los romanos que los dominaban y oprimían, todo eso constituía el mundo, y el Señor añade que en ese tipo de mundo ellos tendrían aflicción. El mundo para algunos es todo lo que observamos y tenemos a nuestro alrededor, el mundo también es todo lo que el sistema de Satanás nos ofrece, la facilidad y la felicidad que nos nubla la mente, los deseos carnales que nos son ofrecidos a diario en los diferentes medios de comunicación, que colma nuestra mente y corazón, y que promete darnos felicidad. Es el conjunto de cosas que nos rodea y que creemos que nos va a hacer felices, así el mundo nos ofrece muchas cosas que nosotros queremos, así como el pecado, las cosas que entran por nuestros ojos, lo que anhela nuestro corazón. Pero volviendo al tema de los discípulos, el mundo era representado por el sistema de cosas que ellos tenían en ese momento, tales como los sistemas que los dominaban, ¿pero por qué Dios había permitido que así los dominasen de esta manera, atrapados en un mundo de opresión, de terror, de impuestos, de cosas que no podían dominar, tales como la tortura y un sinnúmero de vejaciones que ellos tenían a su alrededor?, esto no era bueno, era algo feo para los cristianos de aquella época. Pero el Señor Jesús les dijo también que este mundo los aborrecería, que cuando estuvieran contra ellos este mundo, él ya se los había advertido. El mundo pensaría que estaban obedeciendo a Dios cuando los maltratasen, pero no era así, estarían equivocados, que muchas veces les iban a hacer daño pensando que de esta manera agradaban a Dios, y que al hacerles mal pensarían que esto que hacían era algo bueno, y hasta inclusive sentirían que esto glorificaba a Dios.
El apóstol Pablo mismo, pensaba que estaba haciendo algo bueno, pensaba que todo lo que hacía, agradaba a Dios, él había comenzado a maltratar a los cristianos, a perseguirlos, a condenarlos, a sacarlos de sus casas y a consentir en sus muertes. El mundo los aborrecería y empero el Señor les dice que ellos debían confiar ya que “ yo he vencido”. Dios ha vencido al mundo, Dios tiene poder, Dios ha vencido a Satanás, si usted lee la historia sabrá que todos fueron muertos a causa del nombre del Señor Jesucristo y de su evangelio, el mundo aparentemente los venció, pero no fue verdad, no fue la realidad, ante el mundo los cristianos fueron vencidos, pero llegado el tiempo los cristianos vencieron, el mundo romano fue vencido por los seguidores de Cristo, desde que ellos lo crucificaron en una cruz allí mismo comenzó su ruina y decadencia, porque lo que no comprendieron es que cuando hacían esto, en verdad ese hombre al que estaban ejecutando iba a ser el causante de su ruina y que sus seguidores triunfarían después de 300 años, cuando el imperio romano declararía que la religión del imperio era la cristiana. Ya Pablo en sus escritos menciona a los de la casa de César, el emperador, los sirvientes de César eran ya cristianos, el mundo sucumbiría bajo el poder de Jesús. 300 años bastaron para que así fuese, fueron años de sufrimiento, pero estos fueron suficientes para conquistar a los romanos, ese mundo que les hizo tanto daño fue vencido por los cristianos. En Italia, en Roma está el circo romano, todavía existe, todavía podemos ver sus ruinas, pero ellas son el reflejo de que hubo un tiempo en el cual muchísima gente murió allí, muchísimos cristianos murieron allí en ese circo, estos muros son testigos del poder de Jesucristo, pero los romanos creyeron que los cristianos fueron vencidos allí, pero lo correcto es decir que ellos triunfaron allí. Bastó ese tiempo para que los romanos aceptarán a los cristianos y se convirtieran al cristianismo y luego su imperio pasó a ser cristiano, el mundo no venció, Cristo venció, su poder fue más grande, sus palabras no pasaron por alto.
Cuando muchas veces vemos que las cosas no suceden como pensamos, nos sentimos decepcionados y nos ponemos tristes, creemos que no está sucediendo como Dios quiere, pero el tiempo de Dios no es el mismo del hombre, el tiempo de Dios es distinto, lo que a uno le parece que es lo correcto no lo es para Dios, a veces parece ser que se fracasa, que todo se viene abajo, que se está perdiendo la batalla, pero en verdad Dios la está ganando, Dios está triunfando, Dios está venciendo, en verdad parece ser que tú estás muriendo, que tú estás perdiendo, pero en verdad a los ojos de Dios cuando incluso tú mueres nada está terminando, tú piensas que todo se está destruyéndose a tu alrededor, pero en verdad Dios está componiéndolo todo, tu muerte Dios la usa para beneficiar a otros, tu enfermedad Dios la usa para su gloria. Recordemos al apóstol Pablo, él era enfermo de la vista, le pidió al Señor que lo sanara, pero Dios le dijo que su poder se perfeccionaba en su debilidad. Dios usa tus enfermedades para perfeccionar su poder, Dios usa tus debilidades para glorificarse, Dios usa tus fracasos para volverlos triunfos, los triunfos de Dios se fundamentan en nuestras debilidades, ¿por qué? Porque “yo he vencido al mundo”, Dios siempre está venciendo, él no pierde ninguna batalla, todas las ha ganado, y eso lo sabe Satanás, a él le interesa que tú creas que estás vencido, pero en verdad Dios está venciendo a Satanás, sólo que en ese momento no lo parece.
Muchas veces las cosas no son como parecen, a veces parece que están perdidas, pero esa pérdida Dios la toma para vencer, Dios está en el control absoluto de tu vida, por supuesto si Dios está en tu corazón como Señor. A veces existe confrontación entre lo que pensamos y lo que Dios piensa, y por eso no comprendemos sus propósitos en nuestras vidas, la Biblia dice que para Dios sus caminos no son nuestros caminos, que sus pensamientos no son nuestros pensamientos, y es por eso que nos cuesta entender lo que nos pasa.
A veces parece que el mundo está ganando en verdad, sin embargo Dios está ganando, Dios ha ganado siempre, Dios es supremo, él sabe todas las cosas, él ha vencido todas sus batallas, Dios no ha perdido ni una, Dios no ha perdido una guerra nunca, pero para nosotros muchas veces resulta que eso que nos pasa lo vemos como una pérdida, pero para Dios en verdad es una ganancia. Pablo dijo antes de morir: para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia, él no tomaba la muerte como una perdida, él tomaba la muerte como una ganancia, tu muerte es una ganancia para ti mismo y para Dios, la la muerte para el cristiano no es una derrota, para el mundo el hombre al morir muere derrotado y todo termina ahí, para Dios la muerte es un camino para mostrarte que sigues vivo y que te espera algo mejor: la vida eterna, en la muerte no termina todo, recién empieza la vida, la vida en el cielo con Cristo.
Dios se da el tiempo necesario para ejecutar sus planes, en nuestro entorno muy limitado por nuestros años de vida parece ser que no se cumplen las cosas de Dios, porque creemos que al morir todo termina, pero no es así, no termina, Dios no termina su plan cuando nosotros morimos, él continua con sus promesas hechas, él sigue ejecutando su plan en su tiempo, en sus plazos, no en los nuestros o en los que nosotros pensamos, Dios actúa en el tiempo que estima sea el necesario, el tiempo para él no es de preocupación, para él los años no son obstáculos, para nosotros con vidas tan efímeras nos acongojamos por el tiempo, pero Dios es soberano del tiempo, a él le bastó 300 años y venció, se cumplió lo que prometió, él venció al mundo, el cristianismo se impuso, la cruz y la salvación de Jesús se impusieron en el mundo.
Un caso tremendo.
La
historia registra el caso de los misioneros evangélicos estadounidenses, que
vinieron a evangelizar a los aucas en Ecuador, su motivación fue evangelizar
esta tribu indígena, sus métodos quizá no fueron apropiados, todo resultó en
una tragedia, ellos murieron de la mano de esta tribu, para el mundo fue un
fracaso, las palabras de Jesús remarcan aquí: “confiad yo he vencido al mundo”,
¿pero cómo puedo decir que Jesús venció al mundo aquí, si se perdieron vidas
valiosas de hombres inocentes? Sería la preguntas base, pero después de años el
Señor contestó, aquí en este artículo se dice que el final valió la pena, Jesús
venció al mundo, él lo hizo, aun los indios que mataron a los misioneros
recibieron la salvación en sus vidas, este acto que para los hombres fue un
fracaso, para Dios no lo fue, esto dio resultados tremendos, esto abrió la
puerta para el evangelio en nuestro país , Jesús venció al mundo, ellos
tuvieron aflicción, pero “confiad” dice el Señor “yo he vencido al mundo”.
Conclusión
¿Quieres
saber cómo termina la historia?, según muchos historiadores, la mayoría
de los discípulos murieron trágicamente, Jesús les dijo que confiaran en él,
que él había vencido al mundo, que en el mundo tendrían aflicciones pero que
confiaran, que en sus vidas siempre habrían problemas, pero ellos murieron
defendiendo el evangelio de Jesucristo, murieron afligidos por el mundo, unos
fueron crucificados, otros fueron degollados, otros murieron a espada, etc.,
ante los ojos del mundo ellos fueron unos fracasados, murieron por nada, su
causa fue perdida. Durante las escenas de ajusticiamiento en el circo romano la
gente se reía y gozaban cuando los cristianos eran quemados vivos o comidos por
los leones, pero aun ahí la frase de Jesús resonaba en sus mentes: “confiad yo
he vencido al mundo”, ¿cómo es posible que ellos confiaran en ese momento tan
adverso?, el Señor aparentemente estaba siendo derrotado con la muerte de
ellos, sus vidas en consecuencia no habían, valido la pena, Jesús no estaba
venciendo según se veía. Muchos escritos manifiesta que los cristianos morían
en las hogueras cantando al Señor, eso les hacía mella en la conciencia a los
romanos, pero esas muertes fracasadas aparentemente por estos hombres
valientes, para Dios constituía victorias, en 300 años ese imperio tan grande
caería sumido por los cristianos, ese coliseo en lugar de ser un monumento a la
sepultura del cristianismo fue un trofeo a la fe y al valor de estos hombres,
Jesús venció, el cristianismo venció, tenía razón el Señor cuando dijo:
“yo he vencido al mundo”, el venció a Satanás en la cruz del calvario y
el venció también a los que lo crucificaron , los romanos, fueron
vencidos por Jesús, las palabras de Jesús resultaron gloriosas y llenas de una
poderosa victoria, todo el fracaso de estos hombres en que aparentemente ante
el mundo fueron un fracaso absoluto, eran en vendad victorias, los misioneros
no murieron en vano, su misión a los aucas no fue fracasada, fue una victoria,
sus asesinos se convirtieron al cristianismo, sus esposas terminaron siendo
misioneras.
¿Quieres unirte a este grupo victorioso? ¿Quieres que tus fracasos sean convertidos en victorias en Jesús?, únete a él y confía en sus palabras, acepta a Cristo como tu único y suficiente salvador, deja que el Señor venza el mundo a tu alrededor y deja que tus fracasos se conviertan en victorias. Si así lo decides, repite en tu mente esta oración: “Señor te pido que perdones mis pecados, acepto a Cristo como mi Salvador, hazme una nueva criatura, te entrego mi vida a ti, en el nombre de Jesús, amén”. Si hiciste esta oración de todo corazón y con fe, Dios te ha hecho una nueva criatura, Dios te ha transformado en un nuevo ser, has nacido de nuevo, ahora él te recibe como hijo. Cómprate una Biblia y léela todos los días, ora al Señor diariamente, establece una relación amigable con él, él es tu amigo, asiste a una iglesia cristiana evangélica en donde se predique el evangelio completo y Dios te bendecirá ahora y siempre. Escríbeme, quisiera saber de ti, y oraré por ti, si así lo deseas. ¡Dios te bendiga!
¿Quieres unirte a este grupo victorioso? ¿Quieres que tus fracasos sean convertidos en victorias en Jesús?, únete a él y confía en sus palabras, acepta a Cristo como tu único y suficiente salvador, deja que el Señor venza el mundo a tu alrededor y deja que tus fracasos se conviertan en victorias. Si así lo decides, repite en tu mente esta oración: “Señor te pido que perdones mis pecados, acepto a Cristo como mi Salvador, hazme una nueva criatura, te entrego mi vida a ti, en el nombre de Jesús, amén”. Si hiciste esta oración de todo corazón y con fe, Dios te ha hecho una nueva criatura, Dios te ha transformado en un nuevo ser, has nacido de nuevo, ahora él te recibe como hijo. Cómprate una Biblia y léela todos los días, ora al Señor diariamente, establece una relación amigable con él, él es tu amigo, asiste a una iglesia cristiana evangélica en donde se predique el evangelio completo y Dios te bendecirá ahora y siempre. Escríbeme, quisiera saber de ti, y oraré por ti, si así lo deseas. ¡Dios te bendiga!
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