“Cuando le conocieron los
hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y
trajeron a él todos los enfermos;
y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los
que lo tocaron, quedaron sanos”. (MATEO 14:35-36)
¡Qué precioso versículo de la
palabra de Dios!, ella nos alumbra en todo momento. Aquí el apóstol Mateo, nos
habla en su narrativa acerca de un acontecimiento en la vida de Jesús, nos menciona que el Señor fue a un pueblo,
(Genesaret), y ahí dice que cuando le «conocieron»
los hombres de aquel lugar, ellos enviaron la «noticia» a toda la tierra de que
Jesús estaba en ese lugar, y todos se enteraron de que el Señor había llegado.
Esto es, que la gente necesitada, la gente enferma, la gente con hambre y sed
de Dios, vinieron a ver y a conocer a Jesús; ellos querían saber de Jesús, pero, ¿cómo se enterarían de
él?, si la gente que le «conocen» no le dan a conocer, ¿cómo la gente sabrán
que Jesús sana, si no ve sanidad en nuestras vidas?, ¿cómo la gente sabrá que Jesús
cambia, si nosotros no cambiamos?, es decir nuestro testimonio vale mucho. Esto
era lo más parecido a lo que ahora son las campañas evangelísticas, cómo las
personas comenzaron a hacer propaganda de la gran campaña, porque Jesús había
llegado a sus comarcas y sabían y tenían ─óigalo bien─ FE, si
tenían fe de que Jesús iba a hacer milagros, porque dígame una cosa, si tú
haces propaganda por Jesús y no crees que él va a hacer milagros para qué lo
harías. Ellos tenían una gran fe, una gran esperanza y por eso testificaban y
obraban, pero no importó porque Jesús sanaba, nada era imposible para él.
Luego notamos que cuando se hizo
la campaña, que cuando el Señor comenzó a sanar a “todos” los enfermos, observamos que la escritura dice TODOS,
no faltó ninguno que no fuese sanado. Este es Dios obrando, nuestro Dios
obra milagros portentosos, él no tiene límites. Luego algo extraordinario,
ellos le dijeron, le rogaron a Jesús, que les dejase tocar el borde de su
manto, ¿pero qué significado tiene esto del manto?, el manto es el signo de su
bondad, de su misericordia, el manto es signo de autoridad, todo manto representa
poder, David cortó un pedazo del manto de Saúl (1ª. Samuel 24:4), esto era su
signo de autoridad. El manto era el símbolo de poder en un rey, era el signo de
su majestad; a través del manto del Señor salió el poder sanador para
sanar a los enfermos. Note como el Señor
accede a esta petición y luego suceden los milagros, porque dice la Escritura
que todos quedaron sanos. Hay una canción hermosa e inspiradora de Juan Carlos
Alvarado que dice “Si tan sólo tocare el borde de su manto”; hoy el Señor no está
aquí con nosotros, hoy él está en los cielos, no podemos tocar físicamente su
manto de misericordia, pero podemos mediante la oración y la fe tocar a Jesús a
través de ellos, podemos ir al “trono de la gracia de Dios confiadamente” (Hebreos
4:16), yo quiero ser sano, yo quiero recibir de tu poder, quiero ser cobijado y
ponerme bajo tu autoridad.
El ciego Bartimeo, dice la Biblia, (Marcos 10:46) que
cuando Jesús lo llamó, dejó su manto, hay mantos de opresión, él llevaba el
manto de ciego sobre sus hombros, así lo distinguían de las demás personas, y es
por eso que por fe lo botó, porque sabía que si Jesús lo llamaba nunca más iba
ya a usarlo, el botó el manto de oprobio y se cobijó en el manto de Jesús y
fue sano. En el antiguo testamento, en
los salmos (Salmo 91:4), el rey David
dice: “Con tus plumas me cubrirás y debajo de tus alas estaré seguro”. ¡Oh yo
quiero cobijarme bajo tu manto Señor!, debajo de tus plumas estaré seguro; porque
el manto de poder de Jesucristo tiene esta facultad, me cubre, Dios mismo me
cubre, Dios me cuida bajo su manto, yo obtengo oportuno socorro, solamente
quiero tocar el borde de su manto, la mujer de flujo de sangre tocó el manto
del Señor, ella decía para sí: “Si tocare solamente su manto, seré salva” (Mateo
9:21), y tocó el manto de Jesús y salió la virtud sanadora de él, y luego Jesús
preguntó: ¿quién me tocó?. Rut se cobijó bajo el manto de Booz, (Rut 3:9)
“Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva;
extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente
cercano”, cuando él aceptó redimirla, aquí el manto o capa significaba
redención.
Jesús quiere preguntarte hoy en día:
¿Tú me has tocado?, ¿has venido ante mí y me has tocado? El señor quiere cobijarte
bajo su manto de misericordia, él quiere cobijarte bajo sus alas, él quiere
sanar tus heridas emocionales, tus heridas físicas, tus heridas espirituales,
toca el manto del Señor y serás salvo y sano por completo, llega en oración hasta
el mismo cielo y toca a Jesús en tu corazón. La Biblia dice en el libro de Apocalipsis
3:20, que el Señor Jesucristo dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.
Dios quiere entrar en una comunión íntima contigo, a él no le interesa que te llames
como te llames, que digas que eres cristiano o no, Jesús quiere entrar a cenar contigo,
él quiere que te cobijes en su manto, tú solamente toca su manto de poder y
serás sano y salvo.
LO FINAL
Las primeras palabras de este versículo
dicen que ellos le “conocieron”, a Jesús, ¿le conoces acaso? Te invito a que lo
conozcas en verdad, solamente quienes conocen a Jesús pueden testificar de él.
Pues están convencidos de su poder, de sus obras portentosas, lo reconocen como
su salvador personal, su redentor y el amor eterno de sus vidas. Ellos llegaron
a conocer personalmente al Señor y no dudaron en testificar de él, organizaron
una tremenda campaña y él sanó a todos los enfermos. Si quieres realmente conocer
al Señor has conmigo esta oración con todo tu corazón: “Señor quiero conocerte
más cada día, te acepto como mi salvador personal, hazme una nueva criatura,
entra a morar en mi corazón”. Si hiciste con fe esta oración, Jesús te ha
salvado, has tocado el manto del Señor y él te ha salvado, de aquí en adelante
te bendecirá cada día de tu vida. ¡Que Dios te bendiga poderosamente!
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