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sábado, 6 de diciembre de 2014

JESUS: CAMINO, VERDAD Y VIDA


" Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”Juan 14:6
JESUS

¿Quién es el camino?
     Un camino, es un lugar en el cual podemos transitar y por el cual podemos trasladarnos de un lugar a otro, en la antigüedad los caminos eran importantes, pero ahora ellos son vistos como algo comunes, por ellos se podía transitar, se transportaban las cosas diarias, personas, mercancías y un sinnúmero de cosas que contribuyeron a que fuesen importantes en la vida de los pueblos y naciones. Hoy en día existen muchos caminos y poseerlos en abundancia nos aleja de la concepción de que son importantes. En el tiempo antiguo eran cosas importantísimas y es que por ellos el ser humano podía realizar su existencia. Jesús dice que él es el camino, que él es la persona más  importante entre el ser humano y Dios, no existe otro vehículo para llegar al Padre, en el cual podamos embarcarnos, solamente al Señor en su misericordia pudo darnos un camino, un vehículo para poder llegar a él, y esto lo hizo posible a través de su Hijo Jesucristo, nuestro Salvador, nuestro redentor, ningún hombre puede ocupan el lugar de Cristo, ya que él es el «camino».
      Hoy en día se ha enquistado la siguiente frase filosófica, «todas las religiones nos llevan a Dios» al igual que la frase antigua que existía en el tiempo de Jesús y que manifestaba que “todos los caminos conducen a Roma”, pero esto es una mentira de Satanás, porque ninguna religión te lleva a Dios, aquí el Señor Jesús deja establecido que solamente él es «el camino» y no existe otro para poder llegar a Dios. También se dice que «todas las creencias tienen un pedacito de verdad de Dios». Pero en verdad todos los pedacitos de Dios que existieran los tiene la persona de Cristo, no te dejes engañar. Hoy te digo ─ninguna religión te lleva a Dios─ Jesús no vino a fundar una religión más, él vino a darte una salvación, él vino a darle la salvación a tu alma, «Jesús no es religión, es vida», y sólo Cristo es «el camino»,  no existe algún otro camino que nos acerque de alguna manera a  Dios. Cristo no vino a dejarnos una religión, el vino a darnos una salvación, la salvación del pecado y de la muerte, (Juan 3:16); sólo Cristo conoce a Dios y nos lleva a él, ya que «él es el camino».

¿Quién o qué es la verdad?
     La «verdad»  es un  concepto muy amplio, muy filosófico, muy personal, que abarca muchas cosas, cada persona puede tener su verdad, todos podemos tener nuestra verdad, pero sólo existe una gran verdad, y esa es la que nos da Dios y se encuentra en su Palabra. Nosotros no podemos poseer la verdad absoluta de Dios, ya que nuestra verdad muchas veces resalta más para nosotros  que la de él, y en ocasiones resulta que es más importante que la de Dios, a veces nuestra verdad anda oculta y divaga en nuestros propios conceptos, experiencias y sentimientos personales. No es lo mismo «la verdad» de un hombre sencillo del campo, que «la verdad» de un hombre citadino, o «la verdad» que ocupa la mente de un pobre que «la verdad» que concibe un hombre rico y acaudalado; no es lo mismo «la verdad» para un hombre común que para un político que anda haciendo la cosa pública. Existen muchas verdades, unas son diferentes de las otras y varía mucho en cada persona, depende de su «concepción del mundo» y de lo que crea que sea «la verdad». Existen verdades generales así como particulares, ejemplos, muchísimos, hoy el mundo se enfrenta a las verdades de un grupo radical que pretende imponer su gobierno y su forma de ver el mundo en medio-oriente, muchos nos asombramos de esto ya que lo hacen con mucha violencia, asesinando y degollando a personas occidentales, para este grupo, que son miles, esa es su verdad. La verdad para ellos es esa, quizá muy horrible o injusta, pero para ellos dentro de su concepción ésta es la mejor. Un ejemplo antiguo, el caso de Alemania en la segunda guerra mundial, ellos sucumbieron bajo la verdad de un individuo que los llevó a la catástrofe, era su verdad, murieron por ella. Aunque para nosotros, esta verdad se ve hoy fea y disparatada, ellos en su momento la tenían como la mejor, la que llenaba sus vidas y por esa verdad sucumbieron. Otro caso, hace muchos años, en Estados Unidos un grupo fanático liderado por un hombre aparentemente cristiano, les había prometido el cielo a sus seguidores, los engañó, los envenenó y todos se suicidaron tomando de un veneno, era su verdad colectiva, ellos pensaron que hacían lo correcto, murieron porque creían en una verdad aparentemente buena, pero era errónea y equivocada. Así también, muchas veces pensamos que lo que nosotros pensamos es lo correcto, que andamos en la verdad, que nuestros caminos nos conducen a la vida, a la felicidad, pero en verdad no lo son, la Biblia dice que hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero que su fin es la muerte. La gente toma caminos y verdades equivocadas, ¿cómo darse cuenta de eso?, no lo podemos hacer cuando nosotros estamos andando en caminos y verdades erradas, muchos cuando mueran, recién en ese momento se darán cuenta que andaban por un camino equivocado y en una verdad errada, ¿se acuerdan del hombre rico y Lázaro?, el hombre rico fue  hasta que murió, que se dio cuenta de que su vida había sido equivocada, que la verdad en la que andaba no era una verdadera verdad, y estando en el infierno vio su realidad, allí la quiso cambiar diciéndole a Abraham que envíe a alguien desde allí para que convenza a sus familiares de que no vengan a ese lugar de tormento. Así pasa, muchos se darán cuenta cuando ya sea demasiado tarde, cuando ya no exista remedio y no tendrán ya otra oportunidad, como le pasó a este hombre. Pero hay una solución, si tú escrudiñas la escritura, si lees la Palabra de Dios, en donde está dicha la verdad de Dios, en donde está escrita el camino verdadero de Dios, y será en ella, cuando  la aprendas, cuando la atesores en tu corazón y la pongas por práctica, solamente ahí te podrás dar cuenta si vas por un verdadero camino y si tu vida anda en la verdadera verdad. La Biblia dice: “lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”, la palabra de Dios es  una lámpara a mis pies espirituales y es lumbrera  a mi camino de vida, si ando en ella, ella no permitirá que me equivoque, si la leo constantemente andaré por ella iluminado siempre y no perderé jamás el rumbo correcto, andaré por el verdadero camino, el camino de Dios. Cuando el Señor  Jesús estuvo frente a Pilatos le dijo que él tenía la verdad, que él era la verdad y él respondió: «¿qué es la verdad?», porque para Pilatos «la verdad», era “su verdad”, la que él concebía, la que él pensaba, la que le habían enseñado de niño, la que había aprendido, la que estaba ejerciendo, pero no era la «verdad de Dios», la Biblia dice: “vivifícame en tu palabra” “tu palabra es verdad”, porque para Dios su palabra escrita, es la verdad. La verdad de Dios es eterna, ella es inmutable, no tiene parangón con la verdad del hombre, no se acerca a nuestra mente, ni en lo más mínimo. La verdad de Dios muchas veces no es la nuestra, él dice que “nuestros caminos, no son sus caminos”, Dios es más alto, Dios es más sublime, Dios no tiene parangón, ni su mente ni su corazón se parecen a los nuestros. En el ámbito espiritual, Dios es absolutamente diferente, nuestro corazón y mente están lejos de Dios, por eso él nos ha dejado, en su palabra, escritas todas las cosas, para que nosotros podamos entenderlo y comprenderlo. Jesús nos vino a mostrar al Padre, nos vinos a revelar a Dios. Tomás le dijo al Señor: "Muéstranos al Padre y nos basta", el Señor le dijo: "Tanto tiempo estoy con vosotros y no me conoces”, “El que me ha visto a mí, ha visto al padre", él es el revelador del Padre porque vino de Dios, y salió de Dios. Jesús revela al Padre como es en realidad, como es Jesús: su carácter, su amor, su dedicación, su misericordia, su justicia, así es el Padre.

El hombre es limitado, sus pensamientos son limitados, poco conocemos del mundo espiritual y por lo tanto  la verdad total de Dios no la podemos entender en su totalidad. Cuando el apóstol Pablo una vez tuvo una visión  manifestó que había sido llevado al tercer cielo, al paraíso de Dios,  y dijo: «cosa que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha guardado», o sea que Pablo pudo tener el conocimiento de cómo es el cielo ─y se quedó asombrado─  tal es así, que dijo que nadie nunca había visto ni escuchado esto. Imagínese que usted y yo ni ninguna persona jamás podremos comprender, con nuestras limitadas mentes, las cosas que existen en el cielo. Por eso decimos que no podemos entender cien por ciento a Dios, y que si lo hacemos es a través de su Hijo Jesucristo, él le ha dado a entender y conocer, el Señor le dijo a Tomás , «tanto tiempo estoy con vosotros y no me conocéis», «el que me ha visto a mí, ha visto al Padre», Jesús nos vino a hacer un resumen de lo que es Dios, de su amor, de su poder, de su gracia, en él podemos comprender su profunda misericordia, como es Jesús así es el Padre. Que maravilloso que sólo tengo que tener a Cristo en mi corazón para comprender cómo es Dios, que lo poquito que Dios me muestra de él, de lo inmensurable que es, lo puedo saber a través de Cristo. Él vino a mostrarnos a Dios y esto es suficiente para el hombre, a través de Cristo conocemos las verdades del Padre. El Padre nos ha mandado  a su hijo Jesucristo, para que comprendamos como es él, y para saber cuál es la verdad, y comprender cuál es el camino, sin el Señor Jesucristo no podemos entenderle, ya que «él es el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por él».

¿Pero qué es la vida?
     El concepto de vida que tenemos está limitado a nuestra existencia terrenal, y no podemos concebir que exista otro concepto de vida, el hombre no entiende que hay una vida eterna más allá de la que tenemos, que ésta es solo un pedacito que el ser humano tiene, que su alma y espíritu son eternos, y es porque nuestra mente es finita y parcializada. Jesús dice que él «es la vida», él dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.  El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38),  él tiene el agua viva, Dios es vida, LA MUERTE NO HABITA EN ÉL, PARA DIOS NO EXISTE LA MUERTE, JAMÁS ESTA SE APODERARÁ DE ÉL, el Señor Jesús dijo: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”. (Juan 10:17-18). «Yo pongo mi vida para volverla a tomar» Seamos veraces ─esto ni de chiste podemos decirlo nosotros, pero ni de broma, nosotros en verdad andamos siempre pendientes de que no se nos termine la vida, andamos sojuzgados por la muerte. Pero aquí está Cristo, él nos promete «la vida», él dijo: “yo soy la vida”, esa vida que te resulta huidiza, pero que para el Señor Jesús es algo natural, ya que él es la fuente de vida, y que sólo en él podemos encontrar «la vida», cuando este cuerpo se desplome y muramos, Jesús nos dará «la vida eterna»,  él nos mantendrá «vivos», pues él es la vida.

UNA LIBERTAD CONDICIONADA A LA VIDA
     No todo ocurre como lo pensamos, las cosas no están dichas ni escritas, solamente suceden, unas por la voluntad y libre albedrío de las personas y otras por la voluntad de Dios, nuestro libre albedrío para Dios es importante, ya que somos como él,  tenemos un corazón, tenemos una libertad otorgada por Dios, podemos ir donde queramos, donde nos sintamos bien, esa es nuestra libertad, es la libertad que nos ha dado Dios, podemos hacer el bien, y podemos hacer el mal, podemos arrepentirnos, así como también no arrepentirnos, esa es nuestra decisión, ese atributo  donado por Dios, radica en la soberanía de Dios, ya que nosotros somos hechos a su imagen y semejanza. El hombre al igual que Dios, es soberano; podemos hacer el bien, como podemos hacer el mal, en cambio Dios no puede  hacer el mal, él no es hacedor de mal ni tienta a nadie a hacer el mal. Satanás pudo hacer el bien, pero escogió el mal, Dios no se lo impidió, Dios respetó la decisión de él, así como respeta la del hombre, él jamás fuerza a una persona a hacer el bien o el mal, él desea que en nuestros corazones decidamos, él no ha creado "robots", él ha creado personas hechas a su imagen y semejanza, él ha creado personas con sentimientos, con corazones, que le amen, que le adoren, porque así lo deseen hacer, no porque nadie los obligue a hacerlo, sino que por la voluntad propia nuestra lo deseemos hacerlo. Dios recibe adoración por amor, por devoción, por gratitud, porque sus hijos así lo han decidido hacer. Dios se agrada con el hombre que lo adore porque así lo quiere, no porque él lo obligue, Dios se agrada de la adoración voluntaria.  A  Satanás le gusta obligar a que lo adoren, le gusta persuadir a que así lo hagan, él  busca la adoración obligada, comprará esta adoración, él le pidió a Jesús que lo adorara (Mateo 4:8-9), que lo adorara por dinero, prometió darle las riquezas y reinos de este mundo para que postrado lo adore. Satanás desea ser adorado como Dios,  pero no puede lograr que lo hagan por libre albedrío o por decisión personal y entonces él ha escogido la adoración indirecta. A él lo adoras por lo que él tiene, los reinos de este mundo, a él lo adoras cuando te sometes al sistema pecaminosos de este mundo, a él lo adoras cuando eres engañado por las sutiles herramientas de seducción e inducción de los pecados sexuales, lo glorificas cuando admiras y veneras lo que produce su sistema pecaminoso, y cuando te sometes a sus influencias.

NADIE VIENE AL PADRE SINO POR EL
     Existe la creencia equivocada de que podemos ir a Dios a través de los “santos”, que la gente los reconoce y les dicen o los nombran así, pero esos hombres santos jamás te podrán llevar a Dios, él dijo, “nadie viene al Padre sino por mí”, él estableció desde el principio de su ministerio que el hombre jamás podría llegar a Dios por sí mismo, ni a través de otros, Jacob visualizó una escalera que venía desde el cielo hasta la tierra y que ángeles subían y bajaban y llamó a aquel lugar Betel, aún este hombre no pudo llegar a  Dios, él vio una escalera entre el cielo y la tierra, nadie puede llegar a Dios por sí mismo.  Unos dirán yo si lo hago a través de las oraciones, esto es verdad, Dios no desprecia el corazón contrito y humillado, Dios escucha al hombre, pero lo que la oración no puede hacer es salvarte, sólo Cristo salva y sólo a través de él tienes acceso al Padre, “nadie viene al padre sino por mí”, dijo Jesús, nadie se escapará e irá a Dios través de otro medio sino a través de su Hijo Jesucristo. Por mucho que llores o inventes algún medio para no usar a Jesús, esto será algo fútil y tonto. Dios ha puesto sus reglas eternas y sólo recibe al hombre  a través de Cristo, así lo dice la Biblia.

UNA DESICION FINAL
     Jesús dijo estas palabras, sólo resta calificarlas de verdaderas o mentirosas, déjame expresarte que si tú crees que son verdaderas, lo que tienes que hacer es aceptar a Cristo en tu vida, ya que él  es el camino, él es la verdad, él es la vida. Cristo es el único intercesor ante el Padre, no existe otro camino, no existe otra verdad, sólo él es el camino. En el cementerio de Guayaquil en una de sus puertas reza una leyenda que dice: "el que por esa puerta entraré jamás saldrá", y también existe otra que dice las palabras del Señor  Jesús: “el que en mí cree aunque esté muerto vivirá", las dos frases son verdaderas, la una es una reflexión que el cuerpo que entra ahí, ahí se quedará y la otra es la de nuestro Señor que dice que aunque estés muerto, si en él crees, vivirás. Algún día el Señor llamará a los muertos con “voz de trompeta” y resucitarán, dice la Biblia, porque Jesús es vida, todos los que murieron con Cristo de ese cementerio saldrán, a la voz de Cristo, saldrán como hombres resucitados por el poder de vida que tiene el Señor Jesús, yo te invito a que aceptes a Cristo en tu corazón,  aceptes el maravillosos camino que él te ofrece, la verdadera verdad que Dios tiene y que es él, la vida que te proporcionará la vida eterna. Haz una oración sencilla, orar es conversar con Dios, mediante una sencilla oración de fe y con todo tu corazón repite estas palabras: «Señor que estás en los cielos, me arrepiento de mis pecados, acepto que Cristo es el camino, aceptó que Cristo es la verdad, aceptó que Cristo es la vida, perdona mis iniquidades, hazme una nueva criatura,  te entrego mi vida a ti,  en el nombre de Jesús, amén». Si así lo hiciste, Dios perdonó tus pecados, ahora eres «una nueva criatura», no porque lo digo yo, sino porque lo dice la Biblia. En Dios hallarás consuelo y paz para tu alma siempre, no desaparecerán tus problemas pero de aquí en adelante tendrás a alguien con quien compartirlos y ese es Jesús. Te aconsejo que compres una Biblia, léela dirimente, ora al Señor cada día y hazle saber a Dios todas tus necesidades, usa la oración en primer lugar para alabar a Dios, y congrégate en una iglesia cristiana evangélica, donde se predique el evangelio completo, y verás que Dios te bendecirá por siempre. ¡Que Dios te bendiga!


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