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viernes, 14 de noviembre de 2014

¿QUÉ FE NECESITO TENER PARA SER JUSTO?

justo

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. (Romanos 1.17)

     ¿Q
ué es vivir por fe? ¿Qué es ser justo? Son dos palabras con mucho significado. Dilucidemos la primera palabra ¿qué es ser justo? Quisiera manifestarte que el apóstol Pablo hace una referencia a un versículo del antiguo testamento y que se señala en (Habacuc 2:4). “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. En todo caso la biblia menciona acerca del justo, ¿pero quién es el justo delante de Dios?, porque ninguno es declarado justo por sí mismo, sino a través de la fe (Gálatas 3:11)Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá”. Siendo que el justo es aquel que es inocente, aquel que es recto, aquel que guarda la palabra de Dios, somos declarados justos por Dios a través de Jesucristo, no por merecimiento. (Filipenses 3:9) dice: “Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es POR LA FE DE CRISTO, la justicia que es de Dios por la fe”. Nótese que la justicia nos viene por tener fe en Cristo, no nos viene por nuestras obras o virtudes, la justicia se nos declara por Jesucristo y luego dice que la justicia de Dios es por la fe. La justicia del hombre existe, pero la justica de Dios también, las dos justicias para nada se parecen, la una es humana y la otra es divina, la justicia del hombre es particular y terrestre es sólo para esta vida, la justicia de Dios es celestial y demanda fe. Lo que hacemos nosotros de justica aquí es de aquí y solamente repercute aquí, es humana, pero la justicia divina es para siempre y por siempre y es ganada por medio de Jesucristo.  Esta justicia de Dios nos declara justos, no somos justos porque lo merecemos, sino por lo que hemos heredado de nuestro Señor y Salvador, sólo él es justo, y por ende por la fe somos justos. Podemos decir entonces que las dos palabras van de la mano. ¿Si somos justos es por la fe en Jesús?  JUSTO Y FE van de la mano, no podemos ser justos sin fe, y tampoco si existe fe podemos ser injustos, ya que la fe en Jesucristo nos lleva a que Dios nos declare justos. Pero (Hebreos 10:38-39) declara: “Ahora el justo vivirá por fe; Mas si se retirare, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para perdición, sino fieles para ganancia del alma”. Recordemos ahora, ¿puede ser que esta declaración permanezca para siempre?, sí, Dios nos desea declarar justos por siempre, pero dice la escritura en este pasaje que si se “retirare” no agradará a mi alma, luego el apóstol Pablo dice que nosotros no somos aquellos que nos retiramos para perdición, si te retiras de la fe, ya no puedes ser justo ante los ojos de Dios, porque sólo la justicia de Jesucristo nos hace justos. Si vuelves a pecar una vez ganada la salvación, ya la culpa no es de Dios, es tuya o mía, somos nosotros con nuestro “libre albedrío” que dejamos de seguir a Jesús, él desea y anhela nuestra fidelidad, pero somos nosotros los que decidimos seguir con la fe en Jesús. En (2ª. Corintios 5:21) dice: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Dios nos ha declarado justos a través de la justicia en Jesucristo, también notamos que la conclusión a la que debemos llegar es que el justo (el que obra rectamente, el que es fiel a Dios, el que lleva una vida consagrada) por medio de la fe obtendrá vida, la vida que en Cristo logramos.

UN FINAL ESPERANZADOR
     La Biblia dice: “el justo por la fe vivirá” (Romanos 1.17) otra versión dice: “Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos: es por fe, de principio a fin. Así lo dicen las Escrituras: El justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17 (DHH))  La fe es la que nos hace justos dice la escritura, ¿pero qué fe?, muchos tienen fe, fe en sus actitudes, fe en su intelectualidad, fe en sus negocios, fe en sí mismos, fe en sus fortunas, fe en sus hijos, fe en su familia, fe en sus creencias ancestrales, fe en su suerte, nuestros antepasados tenían fe en sus ídolos, y en fin existe fe en muchas cosas, pero esta fe de que hablamos es carnal, es humana, es intelectual, Dios nos da una fe mucho más alta, fe en su Hijo unigénito, la fe en Cristo. Esta fe jamás nos defraudará ya que está fundamentada en el Hijo de Dios. ¿Cuál es tu fe? ¿En qué se fundamenta? ¿Es una fe genuina delante de Dios? ¿Es una fe intelectual? ¿Es una fe tradicional? Podemos tener innumerables clases de fe, la biblia dice en (Hebreos 11:1):Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. ¿Deseas que Dios te declare justo? Claro que sí, cuando mueras y estés en la presencia de Dios, que bueno sería que estés delante de Abrahán o de Enoc, o de Noé, y que te goces con un montón de justos. Estos hombres que fueron declarados justos y rectos, algunas veces el Señor les dijo que eran perfectos, ¿por qué? Solamente por la fe. Recuerda somos justos por fe, no porque seamos verdaderamente y realmente justos, porque ni cumpliendo toda la ley somos declarados justos, (Gálatas 3:11) “ Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá”;  observa que ni aún cumpliendo toda la ley puedes llegar a ser justo, Dios no te puede justificar si cumples toda la ley y no fallas en nada, sólo por la fe en Cristo, Dios puede obrar un milagro en tu vida, sólo por la fe en el Señor Jesucristo Dios te declara justo delante de él. No hay otra opción para el hombre sino el acudir a Cristo, para así ser declarado justo. Es como si en un juicio hubieras cometido un gran delito, y fueses a juicio por ese delito, todas las pruebas están en tu contra, el juez va a declarar en cualquier momento tu culpabilidad y vas a ir a la silla eléctrica a recibir tu sentencia de muerte, pero de pronto viene Jesús, él le dice al juez que él va a recibir la sentencia por ti, que te libere de todo cargo, que él se va a hacer cargo de todo, que él va a recibir el castigo que tú mereces. El juez muy a su pesar pero en vista de esta petición hace una excepción y te libera y Jesús recibe el pago de todo tu pecado, él va a la silla eléctrica por ti, él recibe la muerte por ti, el juez te declara INOCENTE, te declara JUSTO; el juez justifica tu falta, ya no existen cargos contra ti, porque Jesús va a recibir por ti la sentencia que tú merecías. Esto que te he narrado a manera de un cuento, ocurrió en el cielo cuando Cristo murió, él se presentó a su padre, el JUEZ de toda la tierra, y delante del padre él se presentó con su sangre  en sus manos (Hebreos 9:12-14), y le dijo al Padre que esta sangre que él había derramado cubría el pecado tuyo, que te libere en ese momento, que te declare JUSTO, que JUSTIFIQUE todo tus actos malos que hayas cometido delante de él, que esa sangre derramada que llevaba en sus manos era más preciosa que todos los pecados que hayas cometido, entonces el JUEZ JUSTO (este sí), te declara LIBRE y JUSTO; te pone en libertad y te declaraba un HOMBRE LIBRE.

     Esto ilustra lo que es ser JUSTO delante de Dios, no por tus obras, porque la Biblia dice que nuestras obras son como trapo de inmundicia delante de él  (Isaías 64:6) , ninguna obra hará que seas declarado JUSTO delante de Dios, nada de lo que hagas en la tierra podrá hacer que seas declarado justo, solamente el tener fe en Jesús, el poner tu mirada en él, el confiar en que lo que él hizo en la cruz del calvario fue lo importante. Él pagó el precio para que tú ahora seas un JUSTO delante de Dios, no merecías ser declarado justo, sino CULPABLE, tu merecías por tus pecados ir a pagarlos con tu vida en la cruz del Calvario, pagar por los pecados cometidos durante toda tu existencia, pero vino el INOCENTE, el PURO, el HIJO DE DIOS, el CORDERO DE DIOS, así lo declaró Juan el Bautista (Juan 1:23), y él se puso por ti. No mereces llamarte JUSTO delante de Dios, mereces que te digan INJUSTO, mereces que fueses a la silla eléctrica, mereces que Dios te mande al infierno, mereces que Dios en ti haga y cumpla su sentencia. No hay nada de valor que Dios vea en ti para que seas declarado JUSTO delante de él, nada hay que en verdad te veas como con valor alguno.  Pero ese mismo Dios Justo, es tan bien misericordioso, él mandó a su HIJO para DARTE LA SALIDA, ÉL es Amor, pero también es Juez Justo. Él no desea sentenciarte, pero serás tú el que decidas de qué lado te sentarás ante el tribunal de Dios después de muerto, ¿estarás en el banquillo de los acusados esperando recibir sentencia o estarás en las gradas como INOCENTE?

¿QUÉ ME FALTA PARA RECIBIR ESTO?
     ¿Pero qué es lo que falta para que esto sea realidad?, tu decisión. Aunque te parezca increíble, Dios no puede hacer nada de lo que tú no le permitas hacer, Dios no puede darte algo que tú no quieras, Dios no puede salvarte si no aceptas esto que Dios te regala, Dios no puede imponer su voluntad en ti, ni aún en los ángeles caídos él lo pudo hacer, él necesita que tu hagas este decisión por ti mismo. Esta decisión es personal, es decisoria, es monumental para tus intereses, pero solamente cada hombre la puede hace. Una vez leí que Dios es amor y siendo amor no puede enviar a nadie al infierno, esto es verdad, Dios no te envía al infierno, Dios no lo quiere hacer, él desea salvarte de la condenación, Dios quiere darte vida eterna, pero la diferencia es que eres tú el que por decisión propia lo haces, no es la decisión de Dios, sino la tuya.
     Pero si así decides hacerlo, te invito a que recibas a Cristo en tu vida, pídele que él te declare justo, y ora así: Señor que estás en los cielos, acepto que Jesús sea mi salvador, reconozco que él fue a la cruz en lugar de mí, señor declárame justo, no por mis obras sino por la obra de Jesús, me arrepiento de todos mis pecados, en el nombre de Jesús, amén. Si tu hiciste esta oración con fe, ahora eres un JUSTO, no por lo que yo lo diga sino por lo que lo dice su palabra, de aquí en adelante ora diariamente, conversa con Dios, él transformará día a día tu existencia, lee la Biblia, la palabra de Dios, diariamente y congrégate en una iglesia evangélica cristiana que predique el evangelio completo, y la sana doctrina, Dios te bendecirá, escríbeme para saber de ti, oraré por ti si así lo deseas, ¡que el Señor te bendiga!




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